miércoles, 27 de marzo de 2013

Cuando “dolor” rima con “depresión”


El viernes pasado, tuvimos un seminario de investigación en el Máster en Biomedicina sobre  el estudio de los mecanismos de dolor. Como anécdota curiosa, coincidió con el viernes de inicio de la Semana Santa, al que se le conoce como “Viernes de Dolores”.

El seminario lo impartió Lidia Bravo, del grupo de Investigación en Neuropsicofarmacología
de nuestra Universidad. Explicó que están estudiando relación entre el dolor y la depresión, que según estudios poblacionales, se ha visto que pueden estar conectados.

Para su estudio utilizan un modelo en ratas, a las que pueden inducir un dolor crónico y también un estado similar a depresión. En este modelo experimental logran medir el componente físico y el componente emocional tanto del dolor como de la depresión. 

Su conclusiones indican que la depresión actúa sobre la parte emocional del dolorEn cambio, el dolor no afecta ni a la parte emocional, ni a la parte somática (física), de la depresión.

Estos experimentos son de utilidad para entender los pacientes que presentan dolor y depresión así como para desarrollar nuevos tratamientos.

Referencia: 
Bravo y col. (2012) Depressive-like states heighten the aversion to painful stimuli in a rat model of comorbid chronic pain and depression. Anesthesiology 117(3) 613-25

Y por supuesto, como me ha gustado el seminario, aquí va mi rima relacionada:

Dolor y depresión

El dolor tiene dos partes
una está asociada al daño,
y la otra parte viene
por sentimientos extraños.

La depresión también tiene
una ración afectiva,
que viene acompañada  
por dieta, sueño y fatiga.

“Alodinia” significa
cuando duele un roce suave, 
que no implica ser agudo
pero se siente muy grave.
 
El término “hiperalgesia” 
es por dolores extremos, 
y que no se corresponden 
porque el daño es pequeño. 

Un estudio determina

si estaban conectados
el dolor y tristeza
en modelos validados.

La prueba de depresión es
la de “natación forzada”:
si el animal esta “triste”,
en el agua no hace nada.
 

Félix A. Ruiz

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